Si suprimimos nuestros prejuicios, complejos y máscaras, desnudándonos como especie, podremos entonces entender la construcción social que nos rodea. Ejercicio difícil en verdad, imposible emprenderlo solos. Necesitaremos de otro humano que nos apunte con el dedo y haga notar nuestras verdades, ya que a veces un espejo no es suficiente.