Analizar esta película es como intentar separar una capirotada en sus ingredientes básicos. Es un desastre de proporciones épicas y en tantos niveles que no sé ni por donde empezar. Pero su principal problema es este: No tiene historia. Creo que al guionista le dijeron “Escribe una historia basada en la tierra del futuro de Disneylandia”, le dieron media hora para terminarlo y lo filmaron tal cual.
Normalmente hago una sinopsis de las películas que reseño, pero en este caso me resulta muy difícil. De verdad, no les puedo decir de qué se trata exactamente. La película salta de un tema a otro sin lógica alguna. Inicia en los años sesenta, en Disney, luego brinca al futuro. Posteriormente está de nueva cuenta en el presente, luego brinca al año 2000 durante una breve secuencia y por último continúa su trama en el pasado cercano. Todo esto, y no han pasado ni quince minutos de la película. No es una película de Tarantino, simplemente está pésimamente escrita.
Los personajes son planos y poco interesantes. Hay una muchacha que es hija de un ingeniero de la NASA que está a punto de perder su trabajo. Está George Clooney que es una especie de inventor que nunca nos explican a qué se dedica. Hay una niña robótica que no sabemos de dónde salió ni qué quiere. La cinta dura dos horas pero se siente de cuatro. El villano principal no es amenazante, ni siquiera es malvado. No sabemos bien cuál es su plan o por qué hace lo que hace. No sabemos nunca qué quiere nadie.
Algo de lo más preocupante de la película es que nos dice que el futuro lo encontraremos en el pasado. La tierra del mañana está llena de artefactos “retro” y gente uniformada como en filmes de ciencia ficción cincuenteros. Además, el futuro fue formado por gente muerta como Julio Verne, Nikola Tesla y Thomas Alva Edison. No hay nada futurista en verdad, nada sorprende. El puro reciclaje de otras películas que son mejores.
La película sermonea sin cesar. Intenta darnos el mensaje de que debemos ser soñadores, pensar positivamente, y que el futuro todo saldrá bien. El calentamiento global está mal, pero si la gente le echa un poquito de ganas, las cosas mejorarán. Me costó mucho trabajo soportar mensaje más bobo e hipócrita. Sobre todo en una película de Disney donde uno de los personajes principales se toma dos Coca-Colas de golpe.
En el fondo aparecen muchos anuncios de productos. La escena más descarada es en una tienda de juguetes que está repleta de productos de Star Wars. Ahora ya sabemos qué hará Disney con esas películas. En esta tienda se desarrolla una secuencia de acción donde todos se atacan con muñecos y memorabilia de la saga.
Este instrumento de tortura está dirigido por Brad Bird, creador de The iron giant, The incredibles, Rattatouille y Mission impossible: Ghost protocol. ¿Qué le sucedió? No tengo la menor idea. Esta debe ser la peor película de su trayectoria y una de las peores de Disney.
¿Qué es Tomorrowland? ¿Dónde están las mamás de todos los personajes? ¿No había también un Tomorrowland en el Disneylandia de la película? ¿Por qué el mundo del futuro aparece tan poco? ¿Para qué servían los pines que entregaron durante la película? ¿De dónde salieron? ¿Por qué se les acaba la batería? Todas estas dudas nos quedan después de ver la película. Lo peor es que no nos importan las respuestas.