Los temas fronterizos y migratorios han pasado de moda en la literatura nacional. Esto es una lástima ya que las problemáticas están lejos de resolverse y la literatura parece darle carpetazo. Por eso es importante que se sigan representando obras como “La ilegala”, escrito por Virginia Hernández y dirigido por Fernando Rodríguez Rojero. Se trata de un monólogo que se presentó en marco del Cuarto festival del conocimiento organizado por la UNAM. La presentación se llevó a cabo en el Teatro de la ciudad de Ensenada, el pasado martes._x000D__x000D_
En esta comedia, una migrante ilegal (interpretada por Laura Castanedo) se encuentra perdida en el desierto. Desesperada, bajo los intensos rayos del sol, espera rescate en una baliza instalada por los estadounidenses para rescatar a los “pateros”: aquellos que atraviesan la frontera por la zona más peligrosa. Tiene una enorme barriga de embarazada con tatuajes encima. Carga con una bolsa de Mickey Mouse y otra con la virgen de Guadalupe. A falta de algo mejor qué hacer, monologa con el público y cuenta sus experiencias tanto en su vida cotidiana como al inicio de su migración._x000D_
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La idea y la temática son sumamente atractivas, son tratadas con humor y a veces crudeza. Aunque mencioné que los temas migratorios y fronterizos siguen siendo importantes, esta obra tiene encima algunos lastres que terminan hundiéndola. La dirección escénica dejó mucho que desear. Casi toda la acción transcurrió del lado derecho del escenario, desaprovechando posibilidades expresivas. En momentos la música se utilizó efectivamente, como cuando la ilegala improvisa un rap, pero en otras ocasiones eran innecesarias, como cuando escuchamos el Requiem de Mozart durante algunos segundos. Desde mi punto de vista, el texto y la actuación no requerían un elemento extra: funcionaban por sí solos._x000D_
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Diferentes personas y personajes fueron mencionados durante la obra, pero sus apariciones fueron tan breves que no tuvieron mayor incidencia en la obra. Crean más confusión que reflexión. También hacen su aparición algunos versos de Sor Juana Inés de la Cruz, que en un contexto fronterizo y desértico se sienten fuera de lugar._x000D_
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Es clara la intención crítica de la autora. Busca denunciar abusos y condiciones de vida adversas de las personas que arriesgan todo por llegar “al otro lado”. Resalta la condición poco privilegiada de la mujer en nuestra sociedad e incluso toca el tema del narcotráfico. Pero son muchos temas, y cada uno de ellos es tratado superficialmente. Esto afecta el tono de la obra, ya que quiere tratar temas dolorosos, como polleros que abusan sexualmente de migrantes, para pasar al chiste de inmediato. Después de esa referencia, el público dejó de reír un tiempo. No podemos reír después de que se nos presente una realidad tan cruda._x000D_
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Esta obra es una muy buena idea perdida en el desierto. Trata temas importantes. Por desgracia, como su personaje principal, “La ilegala” es una obra que nunca encuentra el rumbo. Se pierde en callejones sin salida y llega a nunca parte._x000D_
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[Este texto apareció en el suplemento Palabra del diario El Vigía el 6 de septiembre de 2015.]