Hoy, Marty McFly llegará a Hill Valley desde 1985 y se impactará por los muchos avances tecnológicos del año 2015. Muchas páginas web están comparando el futuro de la película con nuestro presente. Yo los veo idénticos.
Si lo pensamos, no hay mucha diferencia: En “Volver al futuro” la sociedad es mediática, materialista e hiperconectada.
Sin embargo, la escena que me parece más profética es cuando Marty McFly entra a la tienda de antigüedades donde compra el almanaque deportivo. En el aparador pueden verse algunos objetos que hoy nos causan nostalgia por que han pasado de moda.
A través del vidrio se observa una televisión CRT, una videocámara VHS, unos cassetes de Nintendo, una Macintosh original y un sistema de sonido ochentero.
Por supuesto, cuando se estrenó esta película el chiste era que todos estos objetos eran bastante modernos. Además, muy caros. Marty observa extrañado que todas esas cosas ahora forman parte de la historia.
Y así sucedió. El ver ese aparador hoy en día es un verdadero viaje al pasado. Actualmente podemos ir a las tiendas de segunda y ver todos esos objetos en un pésimo estado ser malbaratados como vejestorios.
Si los quieres como nuevos, te costará bastante caro. Tendrás que acudir a una tienda “vintage”, donde te venden eso y más a un precio irrisorio. Todo por un afán nostálgico.
La película no logró predecir los hipsters, pero al menos los presintió.
El mismo hecho que le rindamos tanto culto a una película de los ochenta es casi lo mismo. Es nuestra forma de observar el aparador de esa tienda de antigüedades y reírnos un poco de la ingenuidad de la época. Pero también añorarla.
Marty observa a través del vidrio y, nosotros, a través de la pantalla, lo observamos a él.