Vean esta orgullosa selfie. Son jóvenes de un grupo llamado Rotaract Cimarrón, en Mexicali. Entusiastas buscadores del cambio social. Se les ocurrió imitar una iniciativa viral de proveer abrigo a personas necesitadas. La intención fue buena, pero la ejecución atroz._x000D__x000D_
Decidieron hacerlo en el edificio abandonado de un antiguo McDonald’s, cerca de la Plaza Cachanilla. La dinámica es sencilla: Si tienes un abrigo que ya no necesitas, puedes ir a colgarlo en un improvisado perchero que instalan ahí. Si no tienes un abrigo, vas y lo tomas._x000D_
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Para que el lugar saliera más atractivo para las selfies, decidieron destruir un insignificante rayadero que estaba en la pared. Se trataba de obras de estudiantes de muralismo en un intento por darle un poco de vida al triste panorama urbano de Mexicali. Los jóvenes decidieron que no era lo suficientemente importante como para salir en la selfie._x000D_
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Así que tomaron sus rodillos y hacendosamente pusieron manos a la obra con entusiasmo. El perchero no pudo estar en alguna pared sin imágenes, tuvo que ser específicamente ahí. Con una total falta de consideración por el trabajo de otros, y con una ignorancia desbordante, procedieron a pintar encima._x000D_
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¡Quedó rebonito!_x000D_
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Imaginen que cortan un rectángulo de una página de algún libro ilustrado. La estética sería similar. Parafraseando a Casablanca: De todos los muros, de todos los edificios abandonados de toda la ciudad, eligen ese._x000D_
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Me enojé bastante cuando me enteré de esta noticia. Siempre es indignante cuando gente es desconsiderada por el arte y el trabajo en general. Pero mi nivel de ira se ha incrementado ahora que veo la reacción de la gente._x000D_
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Muchos Mexicalenses han reaccionando con respuestas predecibles: “Nomás es arte”, “al cabo que nadie conocía al artista”, “parece vandalismo, cualquiera lo confundiría con graffiti”, “¿qué tiene si fue por una buena causa?”, “la gente nomás se quiere quejar”, “se ve mejor así”, etc. Esa actividad se puede hacer de nuevo, se puede cambiar de lugar. En cambio ese “insignificante” mural que “afea la ciudad” ya se perdió para siempre._x000D_
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¿Creen que me dan ganas de dejarlo pasar? Quizá soy uno de esos “que no hace nada”, como muchos dijeron en las redes sociales. Aclarando el que se refieren al “hacer algo” mexicalense, que no implica nada de arte. Por que el arte no cuenta, no es “hacer algo” por la ciudad._x000D_
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Este proyecto fue elaborado por Fernando Méndez Corona, quien imparte un taller de muralismo en el Centro Estatal de las Artes (CEART). En los murales participaron él y sus estudiantes en 2014. Fueron creados con recursos públicos, e intervinieron espacios como Mexicali Rose y el mismo CEART._x000D_
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Pero estos improvisados jueces de arte decidieron que las obras no tenían derecho a existir._x000D_
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Fernando me comentó que en el street art, uno sabe que la obra corre peligro. Alguien más puede llegar a encimar su propias creaciones, a veces los edificios deben demolerse o ser repintados por un propósito indispensable. Pero cuando sucede así, sin motivo alguno, sin un propósito, no para mejorar la estética, si cala. Más aún para los estudiantes que vieron su trabajo destruido. Su esfuerzo de trabajo bajo el sol (porque fue pintado en el calorón)._x000D_
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Ahora: Yo entiendo que un error lo comete cualquiera. Estos jovencitos impulsivos quizá erraron el tino al tapar estos “insignificantes dibujitos” con pintura de un café horroroso. Quizá pensaron que le hacían un favor a la ciudad quitando el “vandalismo”._x000D_
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Pero ya saben que no fue así. Ya saben que destruyeron el producto del esfuerzo de otras personas. ¿Cuál fue la reacción de estos entusiastas buscadores del cambio social? Ignorarlo. Esperar a que el tema muera solo. Abrigarse en la calientita sensación de que lo que ellos están haciendo por la sociedad es mejor que eso que estaba en la pared, fuchi._x000D_
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¿Qué hay en el muro de esta organización? Puras palmaditas en la espalda, y felicitaciones mutuas. Es como si nunca se hubieran equivocado._x000D_
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El frío en Mexicali no tiene madre. Como desierto, las temperaturas son extremas. Estoy seguro que una campaña como la que copiaron estos muchachos puede ayudar a mucha gente. Nadie cuestiona eso. Pero si se ponen la camiseta de muy bondadosos, ¿no sería lo mínimo esperar una disculpa?_x000D_
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Pues no, el caso no merece dos o tres palabritas. Ya ayudaron suficiente a la ciudad y deberíamos estar muy agradecidos._x000D_
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Los argumentos en defensa de estos vándalos (me refiero a los muchachos que destruyeron los murales), son estúpidos: Que no hay nada que indique que eso es arte, y qué ya habían pasado mucho por ahí y ni lo habían notado, así que no se perdió nada._x000D_
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Creo que lo que más me molesta es el ninguneo y la arrogancia mostrado por los involucrados._x000D_
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¿Qué tal si decimos que fue un performance? Le pondremos de nombre “I can’t believe it’s not art”._x000D_
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Lo que Fernando Méndez propone es un catálogo de arte urbano que existe en la ciudad. Para que se pueda proteger y no suceda algo como esto impunemente. Además, hay murales que datan de los años cincuenta, y no están protegidos._x000D_
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Mientras tanto, no quisiera que esto cayera en el olvido tan pronto.