Deadpool es una película que durante dos horas intentó hacerme reír, pero sólo logró insultarme. Alguna sonrisita se escapó de mis labios en algún momento, pero realmente tuve que esforzarme. No estaba anticipando la película ya que nunca escuché antes de este personaje. Después de todo el hype, la publicidad y las menciones en redes sociales, seguía sin tener ninguna expectativa acerca de él.
Fuimos a verla mi novia y yo, y salimos profundamente decepcionados. Oh, well…
Pero, ¿qué es mi insignificante vocecita en contra de los millones de dólares recaudados y los récords rotos por esta cinta? No mucho, lo sé. Aún así, quisiera plasmar en mi humilde espacio lo que pienso de esta porquería.
Creo que la fórmula de los superhéroes en el cine se agotó la década pasada. Si, de por sí, no es muy original, cuando la repites una y otra vez harta. Hemos atestiguado en la pantalla grande un desfile de gente disfrazada luchando contra villanos y alardeando superpoderes.
¿No fue ya suficiente? El público dice que no. Siguen abarrotando las salas, siguen esperando ansiosamente la quinta secuela, o el nuevo reboot, o el reboot del reboot.
Pero algún día terminará, como tantos géneros en el pasado han quedado olvidados. ¿A dónde se fueron los westerns? Un día se terminaron. ¿El film-noir? Muerto, salvo contadas excepciones. Quedan como piezas de museo que de cuando en cuando resucitan gracias a algún director nostálgico.
Deadpool es la misma fórmula gastada de siempre. Es la misma película, exactamente la misma, que todas las demás de superhéroes. Trata de una persona común que forma parte de un experimento en el cual obtiene poderes. Decide vengarse de los que le hicieron aquello, y los villanos secuestran a su novia, a la que tiene que rescatar. ¿Les cuento el final o ya se lo imaginaron?
Este tipo de tramas, perdón que lo diga, son para niños. Siempre lo han sido. Películas recientes han intentado maquillar este hecho añadiendo más violencia, sexo o incluso filosofía, pero el trasfondo es ridículo. Piénsenlo:
- Matan a los padres de un niño millonario y decide disfrazarse de murciélago para combatir el crimen.
- Un extraterrestre llega a la tierra después de que explota su planeta, y obtiene poderes que utiliza para el bien.
- Un joven es mordido por una araña radioactiva y obtiene poderes que utiliza para luchar contra el villano en turno.
- Y un largo etcétera.
No digo que no haya disfrutado muchas de estas películas. Hay algunas que me parecen bastante buenas, pero la fórmula ha sido explotada hasta el asco. Cada vez me llaman menos la atención.
Deadpool intenta “innovar” al ser una película muy violenta, con mucho sexo y violencia. Esto, en sí, no me desagrada. Lo molesto es que añade estos elementos gratuitamente. El trasfondo sigue siendo la misma historia infantil de siempre. Todo esto ya lo hemos visto antes, pero el libreto asume que nacimos ayer.
Para ejemplificar un poco lo que me molestó del filme, tomemos como ejemplo la vecina de Deadpool. Es una señora de la tercera edad, negra y ciega. Eso es gracioso, ¿verdad? Supongo que sí, ya que cada diálogo que se refiere a ella tiene la palabra “ciega” de manera peyorativa.
Por otra parte, el libreto parece ensamblado por veinte personas diferentes y reescrito cincuenta veces. Las secuencias son inconexas y los personajes increíbles, sin ningún cambio en su personalidad.
Podría decir mil cosas más sobre la película, pero la vida es muy corta. En resumen, me pareció un insulto a mi inteligencia y una pérdida de mi tiempo. Sentí lo mismo, que al ver la infame Green Lantern (2011), que todo mundo odia. Si pudiera recomendar alguna película que parodia, y bien, el género de superhéroes, es Super (2010), un filme que me parece una buena tragicomedia.