Hace poco me enteré de que llegó a su fin el suplemento cultural “Palabra”, editado por Rael Salvador. Se incluía con la edición sabatina del diario ensenadense “El Vigía”. Los motivos no me son del todo claros, pero se me hace un hecho sumamente triste. Quizá esta desaparición, en estos momentos del coronavirus, pase desapercibida, pero en lo personal me pega muy duro.
Por supuesto que mis sentimientos se intensifican porque he escrito regularmente para el suplemento desde el verano pasado, pero va mas allá. Según tengo entendido, Palabra era el último suplemento cultural que quedaba en Baja California y tristemente se fue sin hacer ruido. A mi me parece una pérdida importante, pero a jóvenes de nuevas generaciones debo explicarles qué es un suplemento cultural, puesto que ya ni siquiera los conocen.
Para contextualizar, los diarios normalmente incluían alguna sección extra los fines de semana. Los domingos, de niño, no me perdía las caricaturas a color que se incluían. En otro momento, en Mexicali, aparecía el Cronomonix, el suplemento de historieta del famoso Lion. Luego, también llegó a incluirse la revista Día Siete durante varios años. En otros periódicos, el giro era más cultural, y los suplementos incluían reseñas y textos sobre arte o eventos de la localidad.
En Baja California existieron los suplementos Escenario, Bitácora, La ventana y algunas efímeras revistas y fanzines. Eran importantes porque proporcionaban una visión del panorama cultural local. Algo con lo que los lectores podían interactuar y conocer personalmente. Además, fueron escenario de importantes discusiones, o quizá hasta pleitos, entre personalidades de la región. Aparte de ser algo divertidísimo ver a dos personas pelearse textualmente, pero a la vez es una experiencia sumamente educativa.
Hoy en día, la circulación de los diarios en papel ha disminuido drásticamente y el interés en la literatura también se cotiza a la baja. ¿Dónde está la crítica cultural? ¿Dónde están las reseñas? Justo hace unos días escribía sobre la excelente iniciativa “Obras de arte comentadas” de Baby Solís y la realidad es clara: las redes sociales. Muchas personas comparten sus escritos en Facebook o Twitter, por ahí algunos también utilizan Medium o tienen un blog. Sin embargo, creo que esto ha diluido la importancia de los escritos.
Mis quejas y lamentos quizá sean los balbuceos de un anciano nostálgico por una época que ya pasó. A mis 37 años ya siento que pienso como anciano en muchos aspectos, sobre todo cuando mis estudiantes se ríen de mis costumbres aferradas, como no querer usar “la nube” y otras cosas del diablo como Facebook.
En lo personal, utilicé mi tiempo escribiendo en “Palabra” para practicar la crítica de arte. Pensé que sería una oportunidad ideal de reseñar exposiciones, escribir y escribir para ser mejor. Y fue lo que hice. Mi intención siempre fue reseñar exposiciones de Ensenada, y que se encontraran montadas todavía cuando se publicara el texto, para que la gente, si mi texto les interesaba, se lanzaran a ver la expo. Algunos me comentaron que, efecto, eso hicieron, y me doy por bien servido.
Además, aprovechaba lo que escribía en el suplemento para republicarlo en mi blog, y tener un flujo constante de textos, cuando menos uno por semana. Pero ahora, como no existe la presión de mandar algo al suplemento, es hora de cambiar de táctica y escribir más en el blog. Con un tono mucho más distinto y personal, claro está.
De ahora en adelante escribiré más en este blog, además de cambiar un poco de giro. Les aviso porque creo que vienen cosas interesantes y muchos textos que tengo ahí como ideas pendientes, y nunca me he dado el tiempo de terminar. Aunque Palabra desaparece, nosotros continuamos.