Trabajo en dos lugares. Todavía trabajo en el lugar donde empecé cuando recién llegué a Ensenada, pero ya casi no voy. Sin embargo, mi ruta para llegar durante mis dos primeros años acá transcurría más o menos así._x000D__x000D_
Me integro a la calle primera, a la altura de la Av. Iturbide. Esto es antes de todo lo turístico, cerca de las oficinas del PRI. Avanzo hacia el norte y pasaba por el restaurante BajaFrut, al cual hasta hace apenas muy poco fui a comer. Conduzco otras dos cuadras más. Paso un Oxxo junto a unas bancas bancas puestas por el grupo Rotario. Mucha gente va a sentarse ahí y los pichones se alimentan de lo que deja la gente. Paso por las tristes oficinas de Telégrafos de México, por las patrullas de la policía federal y por las temidas oficinas del Sistema de Adminstración Tributaria._x000D_
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Un poquitín más adelante, antes del puente del arroyo, hay un restaurante cuyo logo y nombre siempre me ha parecido bien simpático: Mr. and Ms. Waffle. Una vez fui a comer ahí y estaba bueno, pero era demasiada comida. Fueron los primeros waffles que probé en la vida. Siempre que paso por ahí me acuerdo de eso._x000D_
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Adelantito, cruzo el puente del arroyo. O debería decir ex-arroyo, porque desde que estoy aquí con trabajo ha tenido algo de agua. Llego a una esquina donde hay una especie de tienda de artesanías y muebles rústicos de nombre Fausto Polanco, a un lado del hotel Misión Santa Isabel y contraesquina del hotel Villa Marina. Hasta hace poco había un gigantesco anuncio de Nextel pegado a la pared de este hotel. Es el edificio más alto y llamativo de Ensenada._x000D_
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Ahí, en ese cruce, doy vuelta a la izquierda y conduzco una cuadra hasta el semáforo. Cuando me detengo, a mi derecha hay siempre un puestecito de mariscos y se me antoja comer pero luego veo su higiene y se me pasa. Me integro al boulevard Costero dando vuelta a la derecha. Ahí meto velocidad hacia el norte. Dejo atrás restaurantes, bares, hoteles, expendios y carretas de mariscos. A mi izquierda veo la Ventana al Mar y la gran asta con la bandera de México, luego la plaza de las tres cabezas y la Plaza Marina. A la derecha veo siempre el McDonnald’s. Más adelante, la cara de chango que está arriba de la entrada del Anthony’s. Este trayecto casi siempre lo paso sin pensar, es muy aburrido._x000D_
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Luego llega una curva para salir de Ensenada. Hay una gasolinera antes de salir en donde roban muy poco. Es decir, cuando echas gasolina, la aguja de tu tanque si sube. En otras, se nota que no te dan los litros completos. A veces, en las mañanas, echo gasolina ahí, pero es raro porque siempre voy todo apurado._x000D_
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Tomo la salida de Ensenada. Avanzo por la transpeninsular. Los edificios quedan atrás y a mi izquierda está el espléndido mar. A la derecha, un cerro con vegetación regional. Paso por la curva del mosquito, un mirador al cual nunca he llegado._x000D_
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Después de esta curva, la carretera se allana y los edificios vuelven. Más adelante hay una boutique de L. A. Cetto y un semáforo al que siempre intento ganarle. Adelantito está el motel Sena, una Soriana relativamente nueva y luego un puente. Un letrero me advierte que todavía estoy a tiempo de regresar a Ensenada, si sigo derecho puedo llegar a Tecate o Tijuana._x000D_
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Sigo derecho por el puente que luego se curvea y sigue delineando el mar. Más adelante, a mi mano izquierda, está la UABC y a mi mano derecha el CICESE. Paso por un puente peatonal donde siempre veo llegar a los estudiantes de ciencias e ingenierías. Sigo por la transpeninsular todavía más._x000D_
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En ese momento veo algo parecido a lo de la foto que publiqué. Es una sección bellísima poco después del hotel Las Rosas. Puede uno bajarse bajar por las piedras para ver las olas romperse contra ellas. Así tomé esa foto, con mi cámara análoga._x000D_
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Más adelante está el nuevo puente peatonal que ayuda a los estudiantes del CET-Mar a cruzar la carretera. Increíblemente, cuando llegué a Ensenada ya lo estaban construyendo y un año después todavía no estaba terminado. Recuerdo que la primera vez que hice el recorrido que les estoy contando, me quedé atorado en un embotellamiento causado por la construcción de ese puente._x000D_
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Pasando eso, ya casi voy llegando. Avanzo y paso la distribuidora de PEMEX. A la izquierda puede verse un edificio de condominios bastante alto y de color blanco. Me orillo en la gasolinera y doy vuelta a la derecha, entrando por la calle principal del fraccionamiento Colinas del Mar._x000D_
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Avanzo por esa calle y paso el fraccionamiento y el nuevo Oxxo. Que, por cierto, también se tardaron más de un año en construir. Avanzo hasta que se acaba el pavimento. Entro a la terracería. Sigo y doy vuelta a la izquierda porque no me queda otra opción. Estoy en el cañón Cuatro Milpas. La señal del celular se acaba. En la siguiente curva normalmente hay un perro dormido a mitad del camino, pero es muy educado y se levanta cuando va a pasar un carro._x000D_
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Sigo adelante y me adentro a la zona rural. Por mi trabajo conozco a muchos de los vecinos. Además, es una comunidad pequeña donde casi todo mundo se conoce. Paso por unos caballos. El primer día que entramos a Cuatro Milpas, vimos una niña jugando con ese caballo. Lo tomé como una señal de buen augurio._x000D_
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Más adelante hay una casa enorme. Luego un cerco donde a veces hay chivas. El camino es sinuoso y empedrado, con subidas y bajadas, diferentes casas. A los lados solo hay cerros, y arriba de los cerros otras casas. Algunas de ellas modestísimas, y sostenidas precariamente con tablas y cartón._x000D_
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Más adelante, a veces hay unas llamas. Me refiero a los animales sudamericanos. Un vecino tiene unas y las saca a pastar y a veces estorban en el camino._x000D_
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Hablando de “llamas”. En el último incendio forestal la mayor parte de las casas se vieron amenazadas. Algunas de ellas casi se queman. Solo faltaron algunos centímetros. Hasta la fecha no sé cómo se salvaron._x000D_
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Avanzo y paso por una primaria llamada Tipai. El camino sigue curvo y hay unos topes. A veces veo un perro San Bernardo por ahí. Avanzo un poco más y he llegado a mi destino._x000D_
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Me cansé tan solo de recordarlo. Imaginen este camino con prisa.