Birdman, de Alejandro González Iñárritu, ganó varios Óscares este año. Su victoria está totalmente justificada. Mucho se ha escrito de las excelentes actuaciones del filme y de las innovaciones técnicas dentro de él. Toda la película parece filmada en una sola toma, y la iluminación es “práctica”. Es decir, proviene de fuentes dentro de la escenografía.
Pero poco se ha hablado del guión. De la trama. De sus influencias. Aún menos se ha escrito sobre los temas principales y aquello que la película nos dice y nos toca muy adentro. Aquello indescriptible y que son los cimientos de cualquier buena película.
Dentro de la cinta, un actor de Hollywood intenta montar una obra de teatro. Adapta un cuento de Raymond Carver: “¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?”. En éste, varios personajes alrededor de una mesa de cocina discuten el significado del amor alrededor de botellas de licor. Carver era alcohólico, lo cual se refleja en su prosa y sus personajes.
Ningún personaje está de acuerdo sobre el significado de la palabra. El arrebato pasional, violento, es considerado por algunos como amor. Otros mencionan el suicidio como muestra de amor. Pero a final de cuentas responden: ¿Quién puede juzgar la situación de otro? Yo no puedo.
En Birdman, Riggan Thomson, el personaje principal interpretado por Michael Keaton, entiende el amor desde otro punto de vista. Su exesposa le increpa: “Siempre confundiste el amor con la admiración”. Es una persona triste en el sentido de que su vida personal está totalmente deshecha, pero cree que puede recuperarla a través de la admiración del público. De cierta forma, piensa que si el público lo admira de nuevo, su familia lo amará otra vez.
¿Es eso amor? Yo no puedo decirlo.
Riggan es alcohólico en rehabilitación. Esto no se nota en su forma de beber, más bien en su forma de actuar. No es caótica, no es irracional, todo lo contrario, es una necesidad constante de estar en control y perderlo ocasionalmente. Echar la culpa a las circunstancias. Fantasear sobre tener súperpoderes.
Birdman es una película sobre seres humanos. Uno de los requisitos primordiales para que un personaje sea interesante es que éste desee algo. Un personaje sin deseo está muerto.
[Este texto apareció en el suplemento Palabra del periódico El Vigía, de Ensenada, B.C. el 5 de abril de 2015.]