La película más reciente de Darren Aronofsky, Mother! (2017), intenta retomar elementos bíblicos y extrapolarlos a la vida de una pareja recién casada. Sin embargo, fracasa tan estrepitosamente en sus pretensiones que uno no sabe si burlarse de su falta de visión o darle un premio a su valentía. Parece la idea de un estudiante de preparatoria a quien se le concedió el presupuesto y los actores para hacer una película profesional.
Una pequeña confesión: me encantan las alegorías. Aunque el público promedio no las detecta, estas son muy comunes en cine. Por ejemplo, la película The birds (1960) de Alfred Hitchcock, que trata sobre el irracional ataque de aves en un pueblo pequeño, puede interpretarse como una alegoría a los impulsos reprimidos del inconsciente. The shining (1980), de Stanley Kubrick, se ha interpretado como una alegoría a la destrucción de los nativos americanos en Estados Unidos.
Para mí, es altamente satisfactorio descifrar estos mensajes y sentir que logré desentrañar un sentido más profundo de una película. Cuando me iniciaba como cinéfilo, debía apoyarme en textos de críticos y comentarios de Internet para lograrlo, pero con el tiempo uno desarrolla la capacidad para hacerlo solo. Al encontrar la clave del mensaje secreto, se establece un trato con el director. Es una sensación de comunicación directa, mediante un lenguaje especial que sólo nosotros entendemos, la sensación de que la película nos habla sólo a nosotros. Mucha gente reniega de las interpretaciones alegóricas, y afirman que la película “es lo que es” y no hay más. Pero no me importa: el director y yo nos entendemos.
A veces el significado oculto no es tan claro en películas que se prestan a interpretaciones múltiples. En estos casos cada espectador comprenderá algo diferente. Un ejemplo es 2001: A space odyssey (1968), del mismo Kubrick, Otto e mezzo (1963) de Fellini o también Taxi driver (1976) de Martin Scorsese. No existen interpretaciones fáciles para estas películas y el debate sobre su significado se ha prolongado durante años, ya que siempre ofrecen una faceta nueva. Esto es algo positivo, que logra que la película sea disfrutable una y otra vez, y provoque que nuestros engranajes mentales sigan funcionando.
Por eso aborrezco tanto Mother!: es una alegoría obvia, burda e inescapable. Esta película no está abierta a interpretación: tiene solo una y es sumamente simple. La trama trata sobre la madre tierra, representada por Jennifer Lawrence, e incorpora pasajes de la biblia para ilustrarnos que el ser humano está destruyendo el planeta. Punto. No hay más que sacarle: no es profunda, no está abierta y todo mundo puede verlo. No hay comunicación especial con el director, ni se trata de un juego de ingenio.
Si uno quiere leer esta cinta literalmente, es totalmente absurda: se trata de una pareja recién casada, él es poeta, ella ama de casa. De pronto llegan invitados inesperados, y al entrar en la casa observamos un carrusel de pasajes biblicos: la tentación del fruto prohibido, la expulsión del paraíso, caín y abel… La trama literal no nos dice absolutamente nada, y los personajes nunca actúan como seres humanos. En un momento, Jennifer Lawrence menciona explícitamente que quiere convertir la casa en su “paraíso”, y en la segunda mital que se preparará para el “apocalipsis”. Lo único que le faltaba era voltear a la cámara y hacernos un guiño.
¿De qué sirve una alegoría si es obvia? En realidad: de muy poco. ¿Por qué no contar la historia verdadera de manera directa? ¿Por qué no hacer una película sobre la biblia o sobre la naturaleza? Sería mucho más satisfactorio. Incluso los carteles de la película nos revelan el gran secreto de que Jennifer Lawrence es la virgen María. Escuchen cómo los fans de este filme enuncian las virtudes del mismo: que es “metafórica”, que tiene un significado oculto. Me han dicho, incluso, que no me gustó porque no la “entendí”. ¿Por qué nadie dice lo mismo de Robocop (1987) que es una alegoría a jesucristo? Porque no importa: la puedes disfrutar también como una simple y sencilla película de acción.
Para colmo, debido al fracaso comercial de este proyecto, el director ha tenido que salir a defenderlo. Esto se ha traducido en explicaciones extensas sobre el significado “oculto” en esta obra de arte, y el resultado es francamente penoso. A pesar de que hay críticos que la alaban y otros que la critican, creo que el veredicto se inclina hacia el fracaso. Este será un viacrucis que incluye flagelación y crucifixión, pero en el cual nadie resucitará después de tres días.