Cerré mi blog anterior con mucha vergüenza, pero también con mucho orgullo. Quizá no visitaron ustedes mi blog anterior, hospedado en blogspot, y por tanto los felicito. ¿Por qué? Porque ya no pienso así, ya no escribo así… Cuando lo leía me peleaba conmigo mismo y deseaba cambiar el pasado y reescribir mis entradas. Consecuencias naturales del madurar y crecer, supongo yo.
Si te tocó leerlo, te felicito. A pesar de que había mucho contenido lamentable, también hubo mucha diversión en el camino. Desde que inicié mis blogueos, el 24 de enero de 2004, hasta el 2012, cuando cerré Botellas al mar, el camino fue interesantísimo. Doloroso también, pero muy divertido.
Y aquí estoy de nuevo, desoxidando este músculo de la escritura personal que, créanlo o no, se atrofia bastante rápido. Ya no recuerdo lo que es bloguear, o hacer estos breves escritos, cómo hacerlos interesantes. Siempre pensé que mi blog era una práctica para la literatura, pero nunca me di cuenta del mucho bien que me hacía. Ahora batallo para redactar incluso esto.
Bueno, pues, dejo de dar lástima y declaro inaugurado este nuevo blog.
Cheers.